“El sábado pensaba que hace cuatro años que no ganaba, pero después averiguamos y al final eran siete años, un disparate”, reconoció De Luca.
El experimentado piloto destacó la competitividad de su auto durante el fin de semana: “Era buenísimo, ya lo noté en las primeras vueltas. Muy contento por volver a hacer el 1-2 con Nacho. Hace mucho tiempo lo habíamos logrado pero en posiciones invertidas”.
Sin embargo, el domingo la suerte fue otra. De Luca apuntó directamente al toque con Ghelfi como responsable de arruinarle una carrera que pintaba para más: “Una pena lo del domingo porque no nos iba a dar para ganar, pero podía pelear por el podio, tenía el auto. El toque con Ghelfi me arruinó la carrera. Pero ta, ya pasó, a disfrutar la victoria del sábado”.
Por último, se refirió al presente de su hijo, quien lidera el campeonato: “Nacho viene muy bien, pero esto es por puntos y termina cuando tenga que terminar. Ya lo sabe, no tiene que pensar que va sobrado. Con esa mentalidad va a llegar al objetivo”.