"Me tiene podrido largar y que me pasen parado. Todo por la manija y la presión de escuchar a todo el mundo. Estoy tan cansado de los golpes que veo un auto al lado y ya pienso que me pueden dejar afuera", confesó con frustración.
A pesar de tener un buen auto, Poggio señaló que la parte mental está jugando en su contra: "Del auto no me puedo quejar, pero llega la carrera y me pierdo ahí. Es un tema mental. Totalmente al revés de hace unos años que tenía muchos problemas con el auto pero manejando me acercaba".
Incluso dejó abierta la posibilidad de buscar ayuda profesional: "Me han hablado de los psicólogos deportivos, capaz necesito uno. El auto está bien y lo llevo bien, pero en la carrera me tiro para abajo. Dentro del equipo me han hablado, el propio Beto Rodríguez".