"Fue una desazón muy grande. Una cosa es cuando ves venir el problema y podés prepararte, pero esto nos tomó por sorpresa. Íbamos con toda la ilusión de arrancar bien el Sudamericano", señaló Zeballos.

El gran obstáculo se presentó en la aduana. A pesar de que el auto cumplía con todas las regulaciones, problemas burocráticos impidieron su ingreso: "Se podría decir que fuimos a pasear a Encarnación. El auto estaba en regla, pero cuando te encontrás con aduanas poco flexibles y sin voluntad de solucionar las cosas…", lamentó el piloto uruguayo.

Debido a estos contratiempos, el equipo no pudo realizar la prueba del auto ni completar la hoja de ruta, lo que los llevó a tomar la difícil decisión de no participar en la competencia: "Emocional y mentalmente quedamos destrozados. Sin prueba del auto ni hoja de ruta, decidimos no correr, aunque el auto ya estuviera liberado. La frustración fue enorme", explicó Zeballos.

Además, el piloto hizo referencia a ciertos aspectos organizativos del evento y a las condiciones en las que se desarrolló la competencia: "No quiero opinar mucho desde afuera, pero Paraguay tiene cosas para mejorar en seguridad y control organizativo. Tampoco entendí bien el cronograma", concluyó.