“Uno siempre quiere más pero no conocíamos el auto. Recién me subí el viernes, el ritmo lo descubrimos justamente en la carrera. Estaba firme, quedamos contentos. El sábado era para quedar quintos”, contó Reilly, quien afrontó el desafío sin rodaje previo.

La comparación con el Toyota Etios, su anterior vehículo, fue inevitable: “Pensamos que el Ford iba a estar un escalón por encima del Etios y así fue. La idea ahora es enfocarnos en el Ford, es una buena base para seguir mejorando, nos entusiasmamos. El Etios lo trabajaremos después”.

Reilly también se refirió a la competitividad de la categoría: “Uno obviamente quiere engancharse y estar lo más adelante posible pero hay esquemas consolidados que llevan mucho tiempo corriendo con un gran asesoramiento. Igual, pudimos meternos y estar ahí”.