“Entiendo que el automovilismo tiene buenas y malas, pero quedé bastante amargado. El lunes te decía que no quería correr más, ahora esa rabia la transformé en ganas de estar en pista ya”, confesó.
Cafaro señaló que los acontecimientos de la fecha podrían haber cambiado el rumbo de la temporada que está cerca de la mitad: “Podríamos estar primeros si no me chocaban y no tenía el problema de la bomba. Duele, especialmente esto último, que fue un tema técnico. Es algo que trasciende al equipo y a mí como piloto”.
Además, expresó su desacuerdo con la sanción que lo obligará a largar último en la próxima serie: “Me lastima mucho tener que largar último. Fue un toque desafortunado, no comparto la sanción. Voy a tener que prepararme mucho para Viedma, un circuito que no conozco, le tengo que meter al simulador”.
Por último, se refirió a episodios tensos vividos en la interna de la categoría: “Lo que pasa en pista, queda en pista. Espero que se tomen acciones. Nadie quiere terminar a las piñas. No es la primera vez que cierto equipo tiene actitudes ridículas como hacerme señas cuando entro a boxes”.