Columna de Marcelo Mercado:
Castellano un nombre, que con solo mencionarlo, es sinónimo de TC y por estos tiempos de la marca Dodge. En el autódromo del Centenario, en la ciudad de Neuquén, se corrió la segunda fecha del popular Turismo Carretera, y esta vez fue el turno de la vuelta a la victoria de la marca Dodge, y de la mano de su más fiel representante, Johnatan Castellano.
En una carrera especial, y con ese “berretín” que tomaron los dirigentes en los últimos tiempos de hacer cosas raras para mejorar el espectáculo -cosa que a mi humilde forma de ver el TC no necesita-, se realizó una competencia con cambio obligatorio de dos neumáticos.
Este barajar y dar de nuevo llevó a ciertas confusiones que alteraron el resultado de la competencia, que parecía encaminarse a un triunfo seguro del siete veces Campeón Guillermo Ortelli. Sin embargo, en la parada cambió la historia.
En la calle de boxes y merced a una picardía, astucia o como quieran llamarlo, “Pinchito” superó al de Salto y marchó derechito a un nuevo triunfo con la tradicional "Naranja Mecánica".
El equipo JP y el propio Ortelli hicieron una denuncia que no prosperó. "Pinchito" Castellano se llevó el triunfo con un auto rendidor y un equipo que se ordenó y posicionó como para ser uno de los grandes protagonistas de este 2018.
Castellano Jr. corrió con la inteligencia y sabiduría, la misma con la cual su papá, Oscar, brilló en los 90’ en el Turismo Carretera. El gran "Pincho" empezó casi como un infiltrado entre los poderosos del TC y llegó a ser Tricampeón.
Oscar fue uno de los últimos piloto/preparador que se adjudicaron títulos en el automovilismo deportivo. Castellano ingresó al TC en 1981 con todo Lobería apoyándolo en este proyecto. Aquel pibe que empezó a manejar en un tractor ya era un referente de todo el pueblo. Debutó en setiembre del 81 con el Dodge y ya en la tercera carrera había logrado un cuarto puesto.
Inteligente, pensante y frío a la hora de definir, Castellano Padre, compró un auto nuevo y así nació la "Naranja Mecánica" que le diera sus primeros triunfos y dos campeonatos entablando memorables duelos con Roberto Mouras. El último título de los tres consecutivos fue con el Ford.
Así también "Pincho" fue cambiando su apodo a el "Zorro de Lobería" por su andar calmo pero rendidor utilizando más la astucia que la fuerza. Ayer en Neuquén, "Pinchito" se puso la capa de su papá y con picardía doblegó a Ortelli en la parada obligatoria por boxes jugando al límite y ganando otra vez en el TC después de muchas carreras.
En hora buena que en este automovilismo tan profesional y técnico aparezca un poco de picardía a la hora de definir una competencia. Por más que haya generado alguna controversia, que terminó con la confirmación de la victoria por parte de los Comisarios Deportivos.